En esta vida hay que tener mucho cuidado con las apariencias. Las cosas no siempre son lo que parecen, sino que hay que investigar un poco para llegar a averiguar cómo son realmente.
Con esta expresión española, no es oro todo lo que reluce, lo que quiero decir es que, aunque a primera vista algo parece ser bueno, o malo, a lo mejor no lo es, sino que tenemos que mirar bien de cerca, investigarlo, para ver si realmente es así.
¿No os ha pasado nunca que habéis visto algo en el suelo que brillaba mucho y, después de pensar por unos segundos que sería algún objeto valioso ha resultado ser un simple cristal que reflejaba la luz del sol? Pues en la vida es lo mismo.
Todos tenemos nuestros defectos y nuestras virtudes, no todo en esta vida es blanco o negro, existen los matices y los colores. Nadie es del todo bueno o del todo malo, todos tenemos cosas que alabar y criticar, cosas que esconder y cosas que revelar a los demás.
Así que, como no es oro todo lo que reluce, antes de aceptar que algo es bueno o malo, deberíamos investigar un poco para ver si realmente lo es.
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